Curiosas y anecdóticas situaciones se
vivieron en Puerto Montt durante los años en que se extendió el conflicto. El
mercante alemán “Erlanger”, que llegó en 1940 fue uno de los protagonistas.
La
Segunda Guerra Mundial, al igual que su antecesora, no afectó gravemente a la
comunidad alemana residente en la zona,
como tampoco las relaciones diplomáticas de Chile con los países aliados,
aunque sí ocurrieron episodios tensos que involucraron a las autoridades
chilenas de la época, a los colonos
residentes en esta zona y a algunos marinos alemanes que llegaron en
barco de ese país.
Estaba
claro que para las autoridades políticas de la época (Pedro Aguirre Cerda y Juan Antonio Ríos ) un puñado de alemanes
que vivían en el sur no iban a poner en peligro la convivencia del país con el
exterior y, principalmente, con Estados Unidos. Bajo estos pergaminos , Chile
se declaró neutral ante este conflicto internacional.
Aun así
durante el desarrollo de la conflagración, que se extendió desde 1939 hasta
1945 con la rendición japonesa después de los apocalípticos episodios de
Hiroshima y Nagasaki, Chile se vio “obligado” por Estados Unidos-que aportaba
importantes capitales en empresas instaladas en nuestro país- a limitar de manera importante el comercio
con Alemania, integrante principal de los países del eje.
MENOR MOVIMIENTO .
De esta
manera se redujo la exportación a Alemania de productos elaborados en esta zona
tales como mantequilla, quesos, jamones y embutidos; asimismo, también se vio
disminuida la importación de otros productos desde el país teutón y otros que
apoyaban la causa nazi.
A pesar
de estas restricciones impuestas a las florecientes empresas que operaban en
esta zona, la situación empeoró cuando las autoridades elaboraron una “lista
negra” contra casas comerciales cuyos dueños llevasen apellidos alemanes .
Estos alegaban que sus bisabuelos colonos fueron alemanes y que ellos se sentían chilenos al igual que
el resto de los habitantes de este país. En esta arbitraria lista habrían
quedado la Prensa de Osorno, una naviera alemana con asiento en Valdivia y
pequeños establecimientos comerciales.
“Erlanger”
.
Otro
ítem que relaciona a Puerto Montt con la Segunda Guerra Mundial fue la del
mercante alemán “Erlanger” que huyendo de los ingleses en abril de 1940 se
refugió en la bahía puertomontina. Al ser neutral , Chile, no debía dejar
recalar a ningún barco de guerra en sus puertos; pero como esta nave era
mercantil concedió el permiso y
desembarcaron tripulantes chinos y la oficialidad teutona..
Los
orientales fueron enviados de vuelta a su país, mientras que los oficiales
alemanes fueron retenidos por orden del gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Más de
un año estuvo el barco fondeado en la bahía y la situación no se podía
prolongar por más tiempo. Así fue como en mayo de 1941, un contingente de
marinos alemanes que habían llegado a Valparaíso y de ahí en tren a Puerto
Montt, pudieron zarpar con el “Erlanger” lleno de provisiones a Europa.
A OSCURAS .
La ayuda que
los colonos alemanes y sus descendientes
pudieron haber prestado a sus compatriotas nunca podrá saberse con
exactitud, pues nunca hubo versiones oficiales al respecto y todo lo que se diga
queda circunscrito en la casilla del rumor y del trascendido.
En este
contexto se habla de que durante el desarrollo del conflicto bélico al otro lado
del mundo, varios barcos y submarinos alemanes viajaban miles de kilómetros
hasta llegar, en forma clandestina, a las costas que rodean la bahía de Puerto
Montt para abastecerse de provisiones, materiales y elementos de abrigo.
Hay
historias que se cuentan en Coihuín. Cerca de Pelluco, donde por las noches
habrían llegado varios submarinos, los cuales eran atendidos por fervorosos
compatriotas que defendían en la clandestinidad la causa alemana.
Obviamente
nadie pudo probar nada de lo que supuestamente habría ocurrido por lo que un
quiebre en las relaciones diplomáticas de Chile con Estados Unidos estaba fuera
de lugar.
JUICIO
A LOS NAZIS
Un
confuso incidente se produjo en agosto de 1941, cuando fueron detenidos cuatro
ciudadanos alemanes que residían en Puerto Varas bajo la acusación de
pertenecer a un grupo nazi. Además, por los equipos de radio que poseían, se
les impugnó de cometer actividades de espionaje cuya finalidad era estudiar las
condiciones geográficas del Estuario de Reloncaví para construir una base de
submarinos.
Este
hecho, que acaparó la atención pública, tuvo como protagonistas a Emil Buennig,
Wilheim Kreutz, Karl Dähling y Herbert Hesse. Ellos fueron trasladados hasta
Valdivia y sometidos a juicio, pero el 30 de septiembre la Corte Suprema ordenó dejarlos en libertad
incondicional por falta de pruebas.
“El
Llanquihue se adelantó a todos” .
El
diario “El Llanquihue”, en su afán por mantener siempre informado a la
comunidad, tuvo el privilegio de ser el único
diario en Chile que en la mañana del domingo 3 de septiembre de 1939
anunció la declaración de guerra de Inglaterra a Alemania, con lo cual la
Segunda Guerra Mundial comenzaba a masificarse definitivamente hasta lo que fue
por el lapso de casi seis años.
La
noticia se escuchó a las siete de la mañana y rápidamente las prensas fueron
detenidas por orden del director de ese entonces, Ewaldo Hohmann, para agregar
en la portada tan importante hecho. Como el diario ya estaba hecho, no había donde colocar esta nueva noticia y,
dada la premura del tiempo, no hubo más remedio que colocarla arriba de la
página donde se lee el nombre del diario.
La
frase impresa en el diario que pasó a la historia fue la siguiente: (ÚLTIMA HORA) INGLATERRA DECLARÓ HOY LA GUERRA A
ALEMANIA A LAS 11 HORA EUROPEA . El número de “El Llanquihue”
que tuvo tal privilegio fue el 10.382 y
comenzó a venderse a las 10 de la mañana.
Fuente:
Diario El Llanquihue: “EDICIÓN ESPECIAL SIGLO XX”, Puerto Montt , viernes 31 de
diciembre de 1999, pp 22
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