La coordinadora de Asuntos Humanitarios de la ONU, Valerie Amos, y su contraparte de la Unión Europea, Christos Stylianides, llamaron, desde Katmandú, a la comunidad internacional a reforzar la ayuda a los millones de damnificados por el terremoto de Nepal.
El sismo del sábado 25 acabó con la vida de más de 5.000 personas, hirió de gravedad a más de 10.000 y afectó a millones en casi todo el país.
Como parte del trabajo humanitario, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó de la llegada de más de 50 toneladas de galletas de alto contenido energético, para su distribución urgente entre la población.
El PMA ha entregado alimentos a miles de personas desde mediados de esta semana y busca acceder lo antes posible a las regiones más aisladas del país. Su meta es auxiliar a 1,4 millones de personas, para lo cual necesita 116,5 millones de dólares.
Por su parte, la Orgnización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha un programa especial de salud pública para tratar de evitar el surgimiento de un brote masivo de infecciones intestinales a consecuencia de la muy probable contaminación del sistema de agua potable en el país asiático.
Desde el mediodía del sábado pasado al menos 2,8 millones de personas han abandonado sus casas, ya sea porque éstas fueron destruidas por el terremoto, sufrieron daños mayores o por el temor entre la población a posibles secuelas del movimiento sísmico.
Según la OMS, muchos de los desplazados viven en condiciones precarias en 16 campamentos improvisados en Katmandú, la capital del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario